Niños altamente sensibles: niños de luz, niños del corazón.

Niños altamente sensibles: niños de luz, niños del corazón.

Se ha escrito mucho sobre la alta sensibilidad desde que en los años 90 Elaine N. Aron ahondara en un nuevo rasgo de personalidad. Uno que era capaz de ver el mundo desde una óptica más íntima, sensible y personal: desde el corazón. Desde el interior más profundo de la persona.

Desde entonces, se organizan congresos, se publican libros, artículos, revistas, existen grupos en las redes sociales e incluso se ha realizado una película sobre el tema titulada “Sensitive“. Se dice que el 20% de la población vive, siente y actúa de esta forma, y se busca a su vez el mejor modo de educar a los niños altamente sensibles.

Una gran parte de estas personas llegan a la edad adulta sintiéndose diferentes. Es como si el rumor cotidiano afinara para ellas una melodía diferente, más dulce, más bella pero también más triste, y que sólo ellos saben captar, sólo ellos intuyen.
Si fue a partir de los 90 cuando el mundo empezó a saber de eso llamado “alta sensibilidad“ queda entonces claro que son millones las personas que han pasado su infancia, adolescencia y parte de su madurez sin saber por qué se veían diferentes al resto.

En la actualidad, y en vista de la amplia información y repercursión que alza el tema de la sensibilidad, es importante que seamos capaces de identificar a los niños con este tipo de personalidad. Educar no es tarea fácil, pero aún lo es más llevarlo a cabo con un niño que desde una edad muy temprana se intuye a sí mismo como diferente. Te damos unas sencillas estrategias para conseguirlo.

Para algunos padres pueden ser complicados, “se quejan mucho, preguntan mucho”. Sin embargo, en un aula, un niño altamente sensible no llama la atención, no es problemático ni tendrá la oportunidad que se le pase un test para reconocer sus capacidades, su intuición, su sensibilidad.

La alta sensibilidad no encaja demasiado en las sociedades modernas. No le gusta competir, no le gusta la inmediatez ni el rumor de las masas. A los niños altamente sensible les gusta jugar con las estrellas, meditar con la música, pasear en soledad…
Es tarea de los padres y de las madres reconocer también los rasgos de la alta sensibilidad en sus hijos. No buscamos en absoluto corregir sus comportamientos o “normalizarlos”. En absoluto. Pero al menos, identificarlos para poder ayudarles y comprenderlos.

Es necesario reconocerlos para ofrecerles pautas, para que sepan a qué se deben esas incongruencias que pueden sentir en el día a día. Verán por ejemplo, que son mucho más maduros que sus propios amigos, y que el mundo en ocasiones, parece desafinado y guiado por un egoísmo extremo.

Debemos guiar, atender, comunicar, escuchar, transmitirles nuestro apoyo y calidez… Pero antes es importante saber identificar a los niños altamente sensibles y cuáles son las características que mejor los definen. A continuación, te explicamos cómo.

La alta sensibilidad se traduce también en sensibilidad física. Su umbral del dolor es más bajo, hasta el roce de la ropa puede hacerle daño al niño. Siendo bebés, suelen llorar a menudo al escuchar ruidos fuertes.
Son niños muy maduros, y ello se advierte en la profundidad de sus preguntas
Intuyen el estado de ánimo de los adultos. Se fijan en las expresiones, en los gestos..
Esta madurez personal hace que se sientan diferentes a sus compañeros de clase.
Está atento a los detalles del día a día
Debemos tener claro que ser altamente sensible no significa ser introvertido
Disfrutan estando solos
Sienten pasión por la música, el arte, la naturaleza
Se interesan por problemas sociales
Se sienten heridos con facilidad, cualquier palabra o mal gesto les afecta gravemente
3 pilares educativos en los niños altamente sensiblesniña con palomas en un acto de sensibilidadSer diferente es un arma de poder
No debemos convertir a un niño en lo que no es ni aún menos intentar “normalizarlo”. Hay que aceptar sus características y hacerle ver que sentir la vida con esa intensidad no es una desgracia sino un don. El mundo tiene matices únicos que sólo él puede ver. Hazle ver que el mundo es un lugar seguro. Si él se siente bien consigo mismo la vida brillará para él porque tiene luz, porque es especial y lo bastante fuerte como para hacer frente a la adversidad.

Refuerza su autoestima
Confía en él, dale autonomía mediante el refuerzo positivo y la validación. Demuéstrale que su capacidad le puede permitir hacer cualquier cosa, que contiene un gran número de cualidades y pontecialidades. Desarrolla su sentimiento de autoeficacia.

Prepárales para la adversidad
Sabemos que son sólo niños, pero también somos conscientes que se dan cuenta de muchas más cosas que el resto. Sienten en mayor grado los desprecios, los egoísmos, los silencios y los malos gestos. Esto es algo que vamos a tener que trabajar cada día, y lo podemos hacer a través de la Inteligencia Emocional:

Si los demás no actúan como yo no significa que no me quieran o no me acepten. Ellos sienten de otra forma que no es ni mejor ni peor. Sólo diferente.
Es importante que aprendan a gestionar la frustración, la tristeza, los desengaños. A lo largo de su vida experimentarán más de una decepción, sufrirán, y todas esas emociones los desbordarán. Es importante que aprendan lo antes posible a gestionar estas dimensiones.
Cuando los niños altamente sensibles hayan descubierto su auténtico ser, el equilibrio llegará día a día a sus vidas. Entonces, serán personas auténticas, maduras y felices por vivir la vida desde el corazón. Por tener luz propia.

lamenteesmaravillosa.com


 

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